Inversión en soluciones para hacer el turismo más responsable
La industria del turismo enfrenta varios desafíos significativos en materia de sostenibilidad. Este sector representa el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo cual incluye la construcción de infraestructuras turísticas, el consumo de energía en los destinos, el transporte de viajeros a nivel mundial, y la producción y desperdicio de alimentos. Además, la gestión inadecuada de los residuos y el uso excesivo de recursos naturales como el agua y la energía exacerban estos problemas, contribuyendo al cambio climático y la degradación ambiental.
Otro desafío es la presión sobre los recursos locales. La llegada masiva de turistas puede poner una presión insostenible sobre el suministro de agua, energía y alimentos en las comunidades locales, lo que puede generar conflictos y degradar los ecosistemas. La construcción de infraestructuras turísticas, como hoteles, resorts y carreteras, también contribuye a la destrucción de hábitats naturales y la pérdida de biodiversidad. Las áreas naturales protegidas son particularmente vulnerables a la invasión turística, lo que puede tener consecuencias devastadoras para la fauna y flora locales.
★ PROYECTOS PREMIADOS CON LOS QUE INSPIRARSE
Además, la saturación turística en destinos populares puede llevar al deterioro de sitios históricos, culturales y naturales, afectando negativamente tanto al medio ambiente como a la experiencia del visitante y a la economía local a largo plazo. Esto puede resultar en empleos temporales y de baja calidad, sin mejoras significativas en la calidad de vida de la población local.
Abordar estos desafíos puede parecer desalentador, pero es prometedor si se adopta un enfoque triple: aplicar medidas efectivas basadas en la ciencia, innovar constantemente buscando nuevas soluciones y ser inspiradores para movilizar la industria. La innovación es esencial, con muchas soluciones surgiendo en pequeñas startups que están desarrollando respuestas novedosas a estos problemas. Para que estas soluciones tengan éxito, es crucial contar con inversiones tanto públicas como privadas.
Muchos fondos de inversión están especializados en diferentes áreas temáticas, desarrollando tesis específicas que no solo son atractivas para captar capital, sino también efectivas en resolver los problemas que abordan. Aunque los fondos de inversión buscan rentabilidad, también reconocen que las soluciones a los principales desafíos que enfrentamos como sociedad crearán mercados multimillonarios, ya que son vitales para nuestro futuro.
Existen fondos especializados en tecnología climática (climate tech), en educación y en diversas otras áreas. También hay fondos enfocados en el turismo y aspectos relacionados, como la economía azul, que busca mejorar la economía de nuestros océanos. Estas inversiones no solo promueven la sostenibilidad y la innovación en el turismo, sino que también apuntalan un desarrollo económico equilibrado y responsable.
La economía azul se refiere a la utilización sostenible de los recursos marinos y costeros para impulsar el crecimiento económico, mejorar los medios de vida y generar empleos, mientras se preserva la salud de los ecosistemas oceánicos. Este enfoque incluye una amplia gama de actividades, como la pesca y acuicultura sostenibles, el turismo costero y marítimo, la energía renovable marina, la biotecnología y la desalinización del agua (LSE) (World Bank).
En el contexto del turismo, la economía azul juega un papel crucial. El turismo costero y marítimo es una de las principales actividades dentro de este sector, generando ingresos significativos y empleo en muchas regiones del mundo. Según la Unión Europea, el turismo costero representa más del 40% del producto bruto de su economía azul, destacando su importancia económica (EU Blue Economy Observatory). Además, el turismo costero sostenible puede contribuir a la conservación de los ecosistemas marinos, al promover prácticas que minimicen el impacto ambiental y fomenten la preservación de la biodiversidad.
La implementación de prácticas sostenibles en el turismo costero y marítimo incluye el desarrollo de infraestructuras ecológicas, la promoción de actividades turísticas que respeten el medio ambiente, y la educación de turistas y comunidades locales sobre la importancia de la conservación marina. Estas prácticas no solo ayudan a proteger los recursos naturales, sino que también pueden mejorar la experiencia turística, atrayendo a visitantes interesados en la sostenibilidad y en experiencias auténticas y respetuosas con el entorno natural.
La economía azul también fomenta la innovación en el sector turístico. De hecho, gran parte de los fondos incluyen turismo y economía azul intrínsicamente relacionados. El uso de tecnologías avanzadas y datos para mejorar la gestión de los recursos marinos y costeros puede aumentar la eficiencia y sostenibilidad de las operaciones turísticas. Por ejemplo, la monitorización de los ecosistemas marinos mediante tecnologías de información puede ayudar a gestionar mejor las áreas turísticas y proteger los hábitats sensibles (NOAA).
La economía azul es fundamental para el desarrollo de un turismo sostenible que no solo impulse el crecimiento económico y cree empleo, sino que también proteja y preserve los recursos marinos y costeros para las futuras generaciones. Adoptar un enfoque basado en la economía azul en el turismo puede transformar la manera en que interactuamos con nuestros océanos, promoviendo un equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación ambiental.
En Europa, actualmente existen fondos significativos que invierten en innovación para mejorar la economía azul. Fondos como Katapult Ocean y Swen Blue Ocean están a la vanguardia de este movimiento, apoyando a empresas pioneras en sostenibilidad y tecnología avanzada.
Katapult Ocean, por ejemplo, invierte en empresas innovadoras como Better Packaging Co y Carbonwave, las cuales están revolucionando sus respectivos sectores con soluciones sostenibles y tecnológicas. Better Packaging Co se especializa en la creación de soluciones de embalaje sostenibles. Su enfoque está en reducir el impacto ambiental del embalaje tradicional mediante el uso de materiales reciclables y compostables, diseñando productos que ayudan a minimizar los desechos y promueven la economía circular.
Carbonwave, por otro lado, se dedica a la biotecnología marina y se enfoca en la utilización de algas marinas para desarrollar productos sostenibles. La empresa crea materiales innovadores a partir de algas, que pueden ser utilizados en una variedad de industrias, desde la agricultura hasta la moda, reduciendo la dependencia de materiales plásticos y otros recursos no renovables. Esta tecnología no solo ayuda a mitigar el cambio climático mediante la captura de carbono, sino que también apoya la regeneración de los ecosistemas marinos.
Swen Blue Ocean financia a empresas como NatureMetrics, especializada en el uso de tecnologías avanzadas para la monitorización ambiental y la evaluación de la biodiversidad. NatureMetrics utiliza métodos basados en ADN, como el eDNA (ADN ambiental), para detectar y analizar la presencia de diversas especies en distintos hábitats, proporcionando datos precisos y detallados sobre la biodiversidad sin necesidad de métodos de muestreo tradicionales, que suelen ser más invasivos y laboriosos.
Aquí no hay playa
Aunque Madrid no tiene acceso directo al mar, su relación con las zonas costeras de España es profunda y significativa. España es un país rodeado de mar, con una vasta costa que influye en diversos aspectos económicos, culturales y ambientales de la nación. Esta interconexión ofrece a Madrid la oportunidad de beneficiarse de las soluciones sostenibles promovidas por los fondos de la economía azul, mejorando así su turismo urbano.
Los fondos de economía azul, como Katapult Ocean y Swen Blue Ocean, invierten en tecnologías y prácticas que, aunque se desarrollan principalmente para áreas costeras, también pueden ser adaptadas a contextos urbanos como Madrid. Por ejemplo, las innovaciones en la gestión sostenible del agua, como la reutilización de aguas residuales y la captación de agua de lluvia, pueden ser implementadas en la ciudad para reducir el consumo de agua potable y aumentar la eficiencia hídrica. Estos métodos, inspirados en la economía azul, pueden ayudar a Madrid a enfrentar desafíos ambientales como la escasez de agua.
Además, las tecnologías de energía renovable desarrolladas para entornos marinos, como la energía solar y eólica, pueden ser aplicadas en Madrid para reducir la dependencia de fuentes de energía no renovables. La instalación de paneles solares en edificios públicos y privados no solo disminuye la huella de carbono de la ciudad, sino que también promueve un turismo más sostenible al atraer a visitantes interesados en prácticas ecológicas.
La movilidad sostenible es otra área donde las soluciones de la economía azul pueden marcar una diferencia en el turismo urbano de Madrid. Fomentar el uso de transporte público eficiente y la movilidad eléctrica puede reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire, haciendo de la ciudad un destino más atractivo para los turistas conscientes del medio ambiente.
Asimismo, la economía circular, que es un pilar de la economía azul, puede ser promovida en Madrid para reducir residuos y fomentar el reciclaje. La oferta de productos y servicios locales no solo apoya a la economía regional, sino que también reduce la huella de carbono asociada al transporte de bienes, haciendo del turismo en Madrid una experiencia más sostenible y auténtica.
Estas inversiones no solo fomentan la creación de soluciones innovadoras y complejas, sino que también abren nuevas oportunidades para transformar el turismo en una industria no solo responsable, sino también regenerativa. Al apoyar empresas que desarrollan tecnologías y prácticas sostenibles, estos fondos contribuyen a la preservación de los ecosistemas marinos y a la promoción de un desarrollo económico equilibrado y sostenible.