El impacto del cambio climático en el turismo español

El turismo es uno de los pilares fundamentales de la economía española, representando alrededor del 11.6% del PIB y proporcionando empleo al 9.3% de la población. Este sector, que se ha beneficiado históricamente de las condiciones climáticas favorables en las zonas costeras y urbanas, se enfrenta a un reto crucial: el cambio climático.

Según el estudio Climate change scenarios and the evolution of Spanish tourism, elaborado por BBVA Research, el cambio climático podría generar cambios profundos en la demanda turística a lo largo de las próximas décadas. El informe analiza cómo las variaciones en la temperatura, la precipitación y otros factores climáticos, bajo diferentes escenarios de emisiones de carbono, impactarán en el turismo de las diversas provincias de España hasta el año 2100.


PROYECTOS PREMIADOS CON LOS QUE INSPIRARSE

TRAVELING FOR HAPPINESS


Premio Turismo Regenerativo 2024

ANIMA HOTELS
Con el proyecto +Anima, Anima Hotels promueve un modelo de turismo regenerativo que prioriza la sostenibilidad en cada aspecto de sus operaciones. El hotel ha eliminado los plásticos de un solo uso, implementado materiales biodegradables y establecido procedimientos avanzados de reciclaje de residuos. Su enfoque en la sostenibilidad busca minimizar el impacto ambiental e inspirar a otros para que sigan su ejemplo.

Conoce el proyecto

¿Y la sostenibilidad?

El clima ha sido tradicionalmente un factor determinante para el turismo en España, especialmente en las regiones costeras del sur y este del país, donde los veranos cálidos y las playas atraen a millones de turistas cada año. Sin embargo, este modelo de turismo de sol y playa está en riesgo por el aumento de las temperaturas.

El estudio mencionado de BBVA Research se basa en dos indicadores clave para medir la comodidad climática de los destinos turísticos: el Tourism Climate Index (TCI) y el Holiday Climate Index (HCI). Ambos índices consideran factores como la temperatura, la humedad, la precipitación y la velocidad del viento para calcular cómo de atractivas serán las condiciones climáticas para los turistas en el futuro.

A través de estos indicadores, el informe muestra que el impacto del cambio climático sobre el turismo español será complejo y diferirá según la región y el tipo de turismo.

Escenarios de cambio climático y sus implicaciones

El informe analiza tres posibles escenarios de emisiones de carbono, conocidos como RCP 2.6, RCP 4.5 y RCP 8.5, que proyectan aumentos de la temperatura media global de 1.8°C, 2.8°C y 4.8°C respectivamente para el año 2100. Los resultados sugieren que, en los escenarios más severos de calentamiento, el turismo en las regiones costeras del sur y este, especialmente en áreas como la costa mediterránea y las islas, podría sufrir una disminución significativa en la demanda.

En el escenario más extremo (RCP 8.5), el estudio proyecta una caída del 7% en la demanda turística de todo el país para el año 2100, con pérdidas que alcanzarían hasta el 60% en las Islas Baleares durante los meses de verano. Este resultado es preocupante, considerando que España depende en gran medida del turismo en estas regiones.

Sin embargo, no todas las áreas se verían afectadas de la misma manera: las regiones costeras del norte, como Asturias y Galicia, podrían beneficiarse del aumento de las temperaturas, con un incremento proyectado en la demanda turística de hasta un 5.8%.

Cambios en la estacionalidad

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la posible desestacionalización del turismo. A medida que los veranos se vuelvan más calurosos para los turistas en regiones tradicionalmente cálidas, como el sur y este de España, se espera que la demanda se desplace hacia la primavera y el otoño. Este fenómeno podría alargar la temporada turística en muchas regiones, presentando una oportunidad para diversificar los ingresos y reducir la dependencia del turismo en los meses de verano.

En el escenario moderado (RCP 4.5), que proyecta un aumento de la temperatura global de 2.8°C, se espera una disminución del 0.6% en la demanda turística nacional durante los meses de verano, al mismo tiempo que se prevé un aumento de la demanda en primavera, especialmente en zonas costeras. Esta adaptación podría ser clave para mantener la estabilidad del turismo en regiones donde el calor excesivo podría desalentar a los turistas.

Diferencias regionales en el impacto

El impacto del cambio climático en el turismo español será desigual. Las zonas del norte de España, que tradicionalmente tienen climas más frescos, podrían volverse más atractivas a medida que las temperaturas aumenten. Según el estudio, provincias como Asturias, Galicia y Cantabria podrían experimentar un aumento en la demanda turística de hasta un 6.9% para finales del siglo XXI. Este cambio podría transformar el norte en una nueva referencia para el turismo.

Sin embargo, esta oportunidad también plantea un desafío: la infraestructura turística del norte no está tan desarrollada como la de las zonas costeras del sur y del este, lo que podría derivar en problemas de capacidad y sostenibilidad a largo plazo. Las regiones del sur y este, especialmente las Islas Baleares y las costas mediterráneas, enfrentarán las mayores dificultades.

Bajo el escenario RCP 8.5, las altas temperaturas podrían hacer que los veranos en estas zonas se vuelvan incómodos e incluso peligrosos para los turistas. Esto podría provocar una disminución drástica en la demanda durante los meses de verano, aunque en algunas áreas, como las Baleares, este descenso podría verse compensado por un aumento de la demanda en otoño.

Turismo urbano y de naturaleza

El turismo urbano, a diferencia del de sol y playa, parece menos vulnerable a los cambios de tiempo, ya que las actividades suelen ser menos dependientes de las condiciones meteorológicas. Sin embargo, las ciudades del sur de España, como Sevilla y Málaga, podrían experimentar una disminución de turistas en verano debido a las temperaturas extremas. Por otro lado, las ciudades del norte podrían beneficiarse de un aumento en la demanda durante la primavera y el otoño.

El turismo de montaña y naturaleza también experimentará cambios significativos. Las estaciones de esquí en los Pirineos y Sierra Nevada podrían enfrentarse a la reducción de nevadas, lo que afectará a las temporadas de deportes de invierno. Sin embargo, el senderismo y el ecoturismo podrían volverse más populares en primavera y otoño, con un aumento proyectado en la demanda de hasta el 0.6%.

Desafíos y oportunidades para el sector turístico

El cambio climático presenta desafíos y oportunidades para el sector turístico español. Las regiones que tradicionalmente han dependido de la temporada alta de verano deberán adaptarse a una nueva realidad. Esto podría incluir la diversificación de productos turísticos para atraer visitantes durante otras épocas del año, como el desarrollo de actividades culturales, gastronómicas, deportivas y de bienestar.

Además, será fundamental invertir en infraestructura turística adaptada al cambio climático para mitigar sus efectos. En las zonas más afectadas por el calor, la creación de espacios climatizados, zonas de sombra y sistemas avanzados de gestión del agua podrían mejorar la comodidad de los turistas y mitigar los efectos adversos de las temperaturas extremas.

En paralelo, la flexibilidad en los horarios escolares y laborales, así como el fomento del teletrabajo, podría facilitar que las familias disfruten de las vacaciones en épocas menos concurridas, extendiendo la temporada turística.

Estrategias de adaptación y resiliencia climática

Para garantizar la resiliencia del turismo español será clave que el sector adopte estrategias que fomenten la sostenibilidad y se anticipen a los efectos del cambio climático. Las autoridades y los actores privados deberán trabajar en conjunto para diseñar políticas que promuevan el turismo sostenible, reduzcan la huella de carbono y fomenten la adaptación de los destinos turísticos más vulnerables. Por otro lado, será necesario promover el uso de tecnologías que ayuden a monitorizar los cambios climáticos en tiempo real, permitiendo a las empresas del sector ajustar sus operaciones y ofertas en función de las condiciones meteorológicas.

El cambio climático plantea un desafío crítico para el futuro del turismo en España. Aunque algunas regiones podrían beneficiarse del aumento de las temperaturas, otras se enfrentarán a grandes pérdidas en la demanda durante los meses de verano. Con una planificación adecuada y estrategias de adaptación innovadoras, España tiene la oportunidad de mitigar los impactos negativos y desarrollar un modelo de turismo más sostenible, resiliente y diversificado.

El sector turístico español deberá estar preparado para enfrentarse a un futuro incierto, adoptando políticas que fomenten la resiliencia climática y aprovechando las oportunidades emergentes en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático. La capacidad de adaptación y la innovación serán claves para que el turismo siga siendo un pilar fundamental de la economía española en las próximas décadas.

 

Provincias como Asturias, Galicia y Cantabria podrían experimentar un aumento en la demanda turística de hasta un 6.9% para finales del siglo XXI

Anterior
Anterior

La percepción de los clientes sobre la sostenibilidad

Siguiente
Siguiente

De turistas a viajeros preocupados por la sostenibilidad